Madres eran las de antes

"No juegues con la comida", "Servite ensalada", "¿Cuantas milanesas te comiste ya?" , sabiduría maternal sobre la mesa. Confieso que pasé mi infancia creyendo que si comía suficiente zanahoria iba a poder ver en la oscuridad. Para ser justos, es posible que lo haya soñado, pero estoy bastante seguro que esta idea fue inducida por mi querida e inteligente madre para lograr que yo engulla feliz uno de los pocos vegetales que siempre odié de chico.


"¿Como sabés que no te gusta si no lo probaste?" decía mi Mamá señalando un plato de mondongo o de hígado encebollado. Cuanta verdad. Gracias a la malasangre que ella pasó en cada almuerzo extraño, tratando de venderle una comida saludable a 4 mocosos que solo querían una hamburguesa, hoy disfruto de un amplio paladar que me permitió conocer muchos platos increíbles que, si no fuera por mi vieja, me los hubiera perdido. Hoy, soy yo el tío molesto que vuelve locos a sus sobrinos convenciéndolos para que prueben las comidas raras que les prepara. Y con raras, me refiero a una sopa crema de calabaza y cebolla, o un pollo relleno, cosas fáciles, y sabés como salen corriendo? Madres eran las de antes. En casa, Mamá cocinaba y eso se comía sin chistar, no había otra. Me daban croquetas de seso y yo ni "mú" (atención al juego de palabras). Claro, no sabía de que estaban hechas sino hasta que me las devoraba. Ni un pelo de tonta mi vieja.

Sería excelente que esta costumbre se mantenga, que las madres (y los padres) sigan esforzándose por enseñarles a comer a sus hijos y no cedan, porque es más fácil o rápido, a darles lo que ellos caprichosamente quieran. Porque, seamos sinceros, si ese hubiese sido el caso, yo hubiera vivido a hamburguesas y papas fritas, condenado a la malnutrición y al rechazo de comidas desconocidas, como es el caso de muchos chicos hoy en día.

Hay que escuchar a las madres, ellas tienen la posta:

"Comida Chatarra" y "Comida Balanceada"

Gracias por tanta magia, Ma.
RW